Las 6 preguntas del estudio geotécnico. ¿Para qué sirve?

En muchas ocasiones nos hemos visto ante la pregunta ¿Para qué sirve un estudio geotécnico? Y en no menos veces con la respuesta » eso es un sacacuartos de los ingenieros estos».

Esta entrada pretende contestar a esa pregunta de una manera clara, ayudando a entender por qué en su día la administración pública se vio obligada a exigirla y qué ventajas tiene cuando se realiza correctamente.

Antecedentes:

Durante los primeros años del boom de la construcción (2000-2005) la administración comprobó que se estaban construyendo muchas viviendas sin un criterio claro y un control suficiente que asegurase a los futuros propietarios disponer de un patrimonio duradero. Se seguían una serie de pautas y recomendaciones que, en muchos casos, quedaban anticuadas ante los nuevos avances en los sistemas constructivos. En el año 2006 publicó una normativa de obligado cumplimiento tanto en aspectos de seguridad y habitabilidad (Real Decreto 314/2006), conocido como el Código Técnico de la Edificación (C.T.E.)[1].

Paralelamente a esta ley se ha publicado una normativa de obligado cumplimiento que define las características del Hormigón estructural de cualquier estructura. Su versión más reciente es el Real Decreto 1247/2008 (E.H.E 2008)[2]. En ella se define que se debe estudiar el tipo de agresividad que tiene el suelo o el agua subterránea frente al hormigón estructural. En un futuro post comentaremos los distintos tipos de agresividades del suelo y agua subterránea y los métodos de análisis.

¿Para qué sirve?

Esta es la pregunta del millón. Como hemos comentado antes la gran mayoría cree que se trata de un formalismo legal como si se tratara de una licencia de obras o un alta de luz. Por ello, y como es lógico, cuando solicitan presupuestos se quedan con el más barato.

Sin embargo el problema consiste en que no es un formalismo legal. Se trata de la única investigación que se realiza en la obra para conocer las propiedades del terreno y asegurarse que se comportará adecuadamente cuando le coloquemos encima una vivienda. Por tanto, se debe realizar con el máximo rigor y analizando todas las características del terreno. Tampoco debemos tirarnos al río y hacer una tesis doctoral de cualquier estructura. Como supondréis no es lo mismo estudiar una vivienda unifamiliar de planta baja+ 1 piso que estudiar un rascacielos de 100 m de altura..

Como se trata de un estudio que nos aporta mucha información que de otra manera no se puede conocer, permite afinar y optimizar distintas fases de la obra. A continuación explicaremos algunas de ellas:

  • Excavación: En análisis del tipo del terreno que se va a excavar permite definir de qué forma se puede realizar el cajeo. En ocasiones se cree que el terreno es más blando de lo que finalmente es y el contratista no trae la maquinaria adecuada para ello, haciendo que la excavación se retrase y se encarezca la obra.
  • Cimentación: Al carecer de información sobre los parámetros resistentes del terreno se sobredimensiona la cimentación. Es decir, como no sabemos si el terreno aguanta el peso de la estructura pensamos que es peor y hacemos más grande la cimentación. De esta forma se puede encarecer desde el 25% al 200% según los casos incrementando el precio de la vivienda en más de 6000 €.
  • Drenaje: Habitualmente el cajeo o excavación se realiza en un periodo sin lluvias que permite trabajar cómodamente. Esto es bueno para el desarrollo de la obra pero impide valorar la existencia de flujo de aguas subterráneas en el periodo de lluvias y dimensionar un sistema de drenaje para las mismas. Como consecuencia muchos sótanos suelen presentar filtraciones y humedades.

Durante la vida útil de la estructura (vivienda) se pueden generar patologías o problemas producidos por no disponer de la información del estudio geotécnico. Algunos de esas patologías son las siguientes:

  • Infiltraciones: comentadas cuando hemos explicado el drenaje
  • Agresividad del terreno y del agua. El hormigón es un material que reacciona con aguas ácidas o sulfatadas, degradándose, perdiendo volumen y, por tanto resistencia mecánica. Esto puede agravarse si el agua llega a la armadura. En ese momento la armadura de acero se oxida y aumenta su volumen, generando más esfuerzos en el hormigón. Estos procesos son muy lentos y pueden tardar varios años en que se aprecien las consecuencias.
  • Expansividad y colapso. En algunas zonas de Cádiz y en otras provincias españolas las arcillas están compuestas por un material que puede hincharse o perder volumen si entra en contacto con el agua. Esto hace que si tenemos una estructura sobre este material y se humedece una zona de la cimentación y en otra no, pueden generarse tensiones que debiliten o fracturen la estructura.

 

A su vez existen situaciones que pueden afectar a la estructura más allá de la propia parcela en la que se construye. Algunos de estos fenómenos que se deben analizar en el estudio geotécnico son los siguientes:

  • Estabilidad general de la zona: Existen zonas que parecen estables en la parcela de estudio y que un estudio geotécnico centrado en dicha parcela indicaría que no existen problemas para edificar. Sin embargo, un análisis más concienzudo puede poner en relieve que la zona es inestable y que el terreno se está deslizando. Esta situación se está dando en algunas calles del municipio de Arcos de la Frontera.
  • Inundabilidad: Los municipios históricos se han situado lejos de las zonas de inundación de los ríos. En muchos casos esto ha sido debido a experiencias previas catastróficas. Sin embargo, la demanda actual de suelo urbanizable y nuestra escasa memoria histórica de avenidas ha propiciado recalificaciones en zonas donde el río puede llegar durante un periodo de lluvias intenso. Según la zona, es posible edificar si se toman una serie de medidas adicionales que permitan preservar la estructura durante la fase de avenida.
  • Sismicidad: Existe una ley que regula que acciones se deben considerar en el caso de que se produzca un sismo. Los acontecimientos ocurridos en Lorca (Murcia) han servido para poner a examen la norma y actualmente se ha abierto un debate sobre como mejorarla.

Pero dicho todo esto,  también queremos transmitir que no siempre se debe realizar un estudio geotécnico. Hay que decir que si se quiere ejecutar un cuarto para la piscina, una casita en el huerto para guardar las herramientas o un pequeño garaje donde aparcar el coche para que no le de el sol no es necesario realizar el estudio. En este caso el dicho popular » vale más el collar que el perro» expresa la realidad del caso.

Por ello desde CUMBRE Ingeniería no recomendamos hacer estudios para pequeñas estructuras como casitas de huerto que no le transmiten carga al terreno.

Ponemos a su disposición la sección de comentarios para que nos cuenten situaciones que les ha sucedido con sus viviendas y el terreno. Si tienen una cuestión más concreta les recomendamos que la realicen en la página: Consulta a CUMBRE Ingeniería o si consiste en una consulta privada se pongan en contacto con la empresa a través de www.cumbre.eu/contacto

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Para saber más:

Bibliografía:

Las 6 preguntas del estudio geotécnico. ¿Para qué sirve?

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