Las 6 preguntas del estudio geotécnico. ¿Qué riesgos hay si un estudio es erróneo?

¿Qué riesgos se corren si un estudio geotécnico es erróneo?

Se pueden sintetizar en tres conceptos:  muchos problemas, mucho tiempo y mucho dinero.

Muchos problemas porque en la mayor parte de los casos los errores del EG no suelen detectarse inmediatamente sino cuando la obra ha avanzado, tropezando con muchas dificultades o estancándose, lo que normalmente enfrenta a la contrata con la dirección de la obra y que lleva a la pérdida de confianza entre Promotor, Arquitecto y Contratista.

Mucho tiempo porque va a ser necesario efectuar estudios complementarios, cuando no un EG completamente nuevo, y ajustar el Proyecto a los datos reales del terreno.

Mucho dinero porque a los costes de una obra parada habrá que añadir los costes adicionales en cimentaciones, estructuras de contención, etc. que el terreno realmente necesite.

Un EG erróneo puede deberse a una exploración insuficiente, falta de ensayos de laboratorio, o inexperiencia que conduce a una mala interpretación de los datos obtenidos. Por desgracia también pueden darse informes fraudulentos en cuyo caso los datos que proporciona el EG son completamente inventados o como mucho extrapolados de informes realizados en terrenos más o menos cercanos. Evidentemente, el error o el fraude se detectan a tiempo de subsanar sus efectos -al coste de problemas, tiempo y dinero -, porque la realidad del terreno se impone y normalmente es peor que la esperada. Por esto, en su mayor parte los EG erróneos o fraudulentos son detectados en la fase de obra. Sin embargo puede darse un caso mucho más peligroso cuando el error, o el fraude, no se evidencian fácilmente. Podemos poner el ejemplo de un nivel blando bajo el plano de cimentación que no ha sido detectado porque los sondeos quedaron cortos o en caso fraudulento porque no se realizaron. En estos casos los problemas se evidenciarán cuando el edificio esté finalizado, en ocasiones incluso tras un periodo de tiempo relativamente prolongado, entre uno y dos años, y probablemente llevarán a la ruina completa del edificio.

[1]

Los datos estadísticos del periodo 2000-2011 de la aseguradora ASEFA, realizados sobre un 40% del total de las viviendas aseguradas en España en ese periodo, apuntan a que, aunque las declaraciones de siniestros por causas geotécnicas es de tan sólo el 3% con respecto a las declaraciones de siniestros totales, el 86% de los costes totales derivados de siniestralidad en la edificación se relacionan con causas geotécnicas. Es decir, el número de siniestros no es muy alto, pero son siniestros muy caros. Hay que tener en cuenta que la intervención en la cimentación una vez ocurrido un siniestro debido a causas geotécnicas no sólo es dificultosa sino también muy costosa. La experiencia europea, (datos de las aseguradoras francesas), demuestra que la falta o deficiencia de un EG origina una siniestralidad con un coste tres veces superior a la que tiene su origen por otras causas.

La conclusión evidente es que un EG bien realizado, con un coste razonable en relación con el Proyecto y el terreno, y garantizado por el visado colegial, ahorra costes en la obra y garantiza la seguridad tanto de personas como de estructuras.

EN RELACIÓN A LOS CASOS FRAUDULENTOS, SITUACIÓN ACTUAL Y POSIBLES SOLUCIONES.

El Colegio de Geólogos detectó algunos informes falsos en los que se había suplantado la identidad del Geólogo e incluso en algunos casos se había impreso un falso sello de visado. Se tiene constancia de un total de 20 casos fraudulentos que han dado lugar a una querella penal contra una empresa por su reiterada emisión de informes falsos. Para entender la gravedad del caso basta decir que el Proyecto de un Centro de Salud de Vitoria-Gasteiz  se apoya en uno de estos informes.

Evidentemente este fraude pudo detectarse debido a la obligatoriedad del visado, antes de la entrada en vigor del Real Decreto 1000/2010, y la alarma saltó al comprobarse que un informe aparecía firmado por un Geólogo fallecido. La revisión de los informes de la empresa implicada y el dictamen de un perito calígrafo permitió establecer la falsedad de otros informes y actuar vía demanda judicial, pero no se descarta que existan más casos de fraude en informes que aparentemente se ajustan en su contenido a lo exigido en el CTE. La presencia en el mercado de empresas que ofrecen realizar EG a precios mínimos, difícilmente compatibles con la calidad,  refuerza la sospecha de fraude.

La situación actual es que no existen mecanismos que garanticen la calidad de un EGE salvo la que ofrece el Colegio de Geólogos por medio del visado, que constituye la certificación de la habilitación legal profesional del firmante, de que se ha cumplido la normativa vigente, y de que el informe es correcto y suficiente. También muy importante es que el visado garantiza que el informe está cubierto por un seguro de responsabilidad profesional. Por otra parte, la lentitud de la Justicia favorece la actuación del defraudador, ya que la empresa demandada sigue en activo realizando informes en tanto en cuanto no se resuelva la querella.

Considerar al EG un mero trámite administrativo está dando como resultado que se generen situaciones de riesgo en las edificaciones donde el EGE ha resultado insuficiente, e incluso inexistente. Aunque la labor de vigilancia para que estas situaciones no se produzcan debería recaer en la Administración, en la práctica no hay un organismo administrativo encargado de su cumplimiento. Al haberse eliminado la obligatoriedad de la mayor parte de los visados por la “ley Omnibus” (ley 25/2009), éste control recae de alguna forma por defecto sobre  los Organismos de Control Técnico (OCTs) de las compañías de seguros, y principalmente, sobre los Colegios de Arquitectos que son los responsables de verificar todo el proyecto de edificación.

Como es lógico, esta verificación es de carácter formal y cualitativa y no da lugar a un control detallado del anexo de geotecnia, lo que por otra parte requeriría personal técnico especializado del que actualmente los Colegios de Arquitectos no disponen. La situación que se crea es paradójica ya que el arquitecto proyectista es responsable, por ley, de los fallos que puedan derivarse de un EG insuficiente, incorrecto o ausente  (Ley de Ordenación de la Edificación 38/2009, y art. 1591 del Código Civil).

Parece evidente que  la solución pasa por un convenio de colaboración entre los Colegios de Arquitectos y el Colegio de Geólogos mediante el cual los Colegios de Arquitectos refuercen el control del cumplimiento del C.T.E en lo que se refiere al EG, en interés propio, y el Colegio de Geólogos asuma la comprobación cualitativa de los informes actuando con el máximo rigor.  Este convenio, que confiamos se alcance en un futuro inmediato, supondrá la mejor garantía para el proyectista, para el constructor, y principalmente para el conjunto de la sociedad.

Bibliografía:

[1] Estadísticas de la aseguradora ASEFA expuestas en la 1ª Jornada de Geotecnia del País Vasco, Enero 2012, relativas a las causas de siniestros en edificios por causas geotécnicas. El porcentaje más elevado (33%) está causado por problemas de estabilidad, seguido por la cimentación en rellenos (19%).

[1] http://www.codigotecnico.org/web/recursos/documentos/

[2] Real Decreto 1247/2008:http://www.fomento.gob.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/ORGANOS_COLEGIADOS/MASORGANOS/CPH/instrucciones/EHE_es/

[3] http://ikermachain.com/real-decreto-12472008-e-h-e-2008/?preview=true&preview_id=28&preview_nonce=ad4f1c9986&post_format=standard

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